Venga. Un último esfuerzo.
Y aunque me de por escuchar risas, ya va siendo hora de que vuelque la olla y desparrame su interior en algún sitio.
Como cual Mario, he caído en el constante intento y rescate y en el “Gracias, pero tu princesa no esta en este castillo.”
Busquemos una vez más. Saquemos algo de provecho, dejemos una huella diaria a poder ser.
Blog, voy a tu rescate de nuevo, y esta vez la princesa será para mi.
*Y bueno, lo de diariamente dicho anteriormente, pues cuando este en casa, claro queda para mi conciencia.
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